La tasa de paro española es del 16,4%, indicador que en el caso de los jóvenes entre 16 y 24 años se dispara hasta el 37,5%, habiendo llegado incluso a superar el 55% en los momentos álgidos de la crisis. En un país con uno de los niveles de desempleo más altos de Europa, se da, sin embargo, la paradoja de que las empresas tienen a menudo serias dificultades para encontrar personal cualificado que se adapte a los requerimientos de los nuevos empleos. Cada vez hay menos jóvenes en el mercado laboral y los que están dispuestos a trabajar, resulta que tienen una preparación que no se corresponde, en muchas ocasiones, con las necesidades de las compañías.
Existe un evidente desfase entre nuestro sistema de formación y el mercado de trabajo. Y esta realidad se ha convertido en uno de los principales obstáculos para el crecimiento empresarial, tal y como aseguraron hace algo más de un año más de 500 empresarios presentes en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado en A Coruña.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio “Orientación Profesional y Formación Dual. Hacia un modelo integrado para el empleo juvenil”, elaborado por el Instituto de la empresa Familiar, con la colaboración y el patrocinio de la Fundación Bankia por la Formación Dual, presentado el 11 de abril en Madrid, y que plantea una profunda reestructuración de la Formación Profesional Dual como principal palanca para luchar contra el desempleo juvenil.
En el encuentro informativo han intervenido Ignacio Osborne, presidente del Instituto de la Empresa Familiar, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, Juan Corona, director general del Instituto de la Empresa Familiar, Mercedes Chacón, directora de la Fundación Bankia por la Formación Dual, y Esteban Sastre, director de Economía y Empresa del Instituto de la Empresa Familiar.
El estudio analiza en profundidad el fenómeno del desempleo juvenil en nuestro país, desde la perspectiva de la formación y la cualificación del capital humano y plantea una serie de propuestas en el ámbito de la Formación Profesional, encaminadas a combatir esta lacra.
“La formación de calidad, accesible para todos los ciudadanos sin distinciones, es una conquista social, en la que se invierte cada año una importante cantidad de recursos tanto públicos como privados. Por eso es imprescindible que sirva para formar personas capaces de labrarse un futuro en el que se valoren sus méritos y aptitudes”, ha señalado Ignacio Osborne en su intervención.
Según señala el estudio, la población activa de los jóvenes españoles se ha reducido un 42% durante los años de la crisis. Además, su preparación no se adecua, en parte, a las necesidades de las empresas, debido a un problema tanto de información sobre las opciones profesionales como de calidad de la formación, lo que da lugar a su vez a una polarización en la que nos encontramos con un elevado número de jóvenes que abandonan sus estudios y otros que adquieren titulaciones de grado superior para puestos que no requieren tal nivel de cualificación.
En este sentido, España es el segundo país de Europa con más abandono escolar (el 18,5% no acaban la ESO), sólo superado por Malta. Somos el cuarto país de la OCDE con mayor número de jóvenes que ni estudian ni trabajan (el 20%). El 22,5% de los estudiantes universitarios dejan la carrera en el primer año y dos de cada tres alumnos de Formación Profesional no obtienen el título en el periodo previsto.
Y al mismo tiempo, hay un elevado número de universitarios en comparación con graduados de Formación Profesional, lo que explica que el mercado de trabajo en España no sea capaz de absorber tantos licenciados y genere algunas de las mayores tasas de sobrecualificación de la UE. En el sector Servicios, por ejemplo, la sobrecualificación es del 64% y en el sector Industrial del 50%.
El estudio concluye con un decálogo de propuestas que pretenden mejorar la calidad del proceso de formación y conectar a la FP Dual de manera definitiva con el mundo de la empresa. Dichas propuestas son, en resumen, las siguientes:
- Incorporar la Formación Profesional Dual como uno de los grandes pilares del futuro Pacto por la Educación.
- Generación de información pública de calidad sobre tendencias del mercado laboral, profesiones de futuro y especialidades de los centros de formación, que facilite la toma de decisiones a los jóvenes.
- Potenciar la figura del orientador profesional e integrarla como parte del proceso formativo.
- Fomentar la especialización de los centros de Formación Profesional Dual para elevar su calidad y facilitar su integración en los procesos de Producción.
- Incentivar la movilidad de los jóvenes a aquellos centros de Formación Dual especializados que mejor se adapten a sus capacidades y expectativas profesionales.
- Impulsar la colaboración público-privada en el ámbito formativo, especialmente en la gestión de los centros de Formación Dual.
- Definir y capacitar adecuadamente la figura del tutor en la empresa, a la vez que se invierte en la formación del profesorado.
- Promover la Formación Profesional entre Pequeñas y Medianas Empresas que puedan satisfacer las necesidades locales o sectoriales.
- Adaptar el marco regulatorio y administrativo con el fin de facilitar el desarrollo de la Formación Profesional Dual.
- Seguimiento y evaluación de la política formativa por centros, que permita un control de la eficiencia y la generación de estadísticas de calidad.
“Somos conscientes de que en esta legislatura –y muy probablemente en las venideras- va a ser difícil acometer grandes reformas que impliquen la participación de todas las fuerzas políticas. Sin embargo, pensamos que la apuesta por la Formación Profesional Dual es de tal importancia que debe convertirse en un objetivo común y de largo plazo, al margen de debates partidistas y de intereses electoralistas”, ha señalado Osborne en su intervención.
Por su parte, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y de la Fundación Bankia para la Formación Dual, ha asegurado que “trabajar para mejorar nuestro sistema educativo y hacerlo más útil para los retos que afrontan nuestras empresas y economías pasa por sensibilizar y concienciar sobre el sistema de orientación y formación profesional, y por mostrar y demostrar a la sociedad que los modelos de formación y empleo deben estar integrados, porque sólo así conseguiremos ajustar la oferta a la demanda laboral”.
En este mismo sentido, ha destacado que “con nuestras acciones buscamos promover la formación de perfiles profesionales de alta calidad, flexibles e innovadores, que mejoren la empleabilidad y el desarrollo del conocimiento de nuestra sociedad. Queremos conseguir que el trabajo y la profesionalidad se conviertan en elementos relevantes del progreso y la transformación de nuestra economía. Y en este desafío no pueden quedar al margen las empresas”.